jueves, 17 de enero de 2008


Dije que me quedaba la palabra, y me queda. Dije que la tenía dentro, y ahí está. Dije que cada día la hacía mía, y la hago. Dije que la inventaba, y me inventa. Así es la palabra, que si no suena en los labios, suena en la sonrisa; si no en la boca, sí en la mirada. Dije que me queda la palabra, y lo digo. Por eso digo que me queda todo, porque me queda la palabra.

No hay comentarios: